La infección hospitalaria o nosocomial puede definirse como aquella contraída en el hospital por un paciente internado por una razón distinta de esa infección. Se trata, por tanto, de una infección que se presenta en un paciente ingresado en un hospital o en otro establecimiento de atención de salud, en quien la infección no se había manifestado ni estaba en período de incubación en el momento del ingreso.