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Abogados especialistas en Responsabilidad Médica

Errores médicos y seguridad del paciente

La seguridad del paciente debe constituir un objetivo prioritario de los servicios de salud para minorar los errores médicos y, por consiguiente, lograr la máxima calidad y eficiencia del servicio prestado.

Un ejemplo de esta cuestión lo tenemos en las infecciones hospitalarias o nosocomiales, problemática sobre la que en la última década parece haberse concienciado profundamente el sector sanitario, dada la enorme trascendencia social y económica de las mismas.

Señala de forma muy ilustrativa la Organización Mundial de la Salud que actividades industriales consideradas de alto riesgo, como por ejemplo acontece con las centrales nucleares, poseen un nivel de seguridad muy superior al de la asistencia médica.

Se ha destacado, a tal efecto, que mientras hay una probabilidad de 1/1.000.000 de que un pasajero sufra daños cuando viaja en un avión, la de que un paciente resulte perjudicado al recibir asistencia sanitaria es de 1/300.

En Europa se calcula que cada año más de 4 millones de pacientes sufren infecciones hospitalarias, lo que es causa de 37.000 muertes y de unas pérdidas económicas directas superiores a los 7 billones de euros.

La Organización Mundial de la Salud ha afirmado que las infecciones hospitalarias podrían reducirse en más de un 50% adoptando cautelas específicas, lo que acredita que mediante unas medidas estrictas de seguridad, perfectamente protocolizadas y, sobre todo, rigurosamente cumplidas por el personal sanitario, se minoraría de forma muy considerable este gran problema sanitario y social.

Los medios para luchar contra las infecciones se conocen bien, pero es necesario un enorme celo en su aplicación, que hasta la fecha brilla por su ausencia o deficiencia en muchos centros sanitarios.

Aparte de la imprescindible y esencial limpieza e higiene de manos del personal sanitario, se han sugerido otras muchas medidas de prevención y control, como la asignación en lo posible de habitaciones de uso individual, inmunización del personal sanitario, control de los autoclaves y de los filtros medioambientales, prohibición absoluta de entrar en quirófano sin ropa y calzado específico para el mismo –no permitiendo salir al exterior con ese mismo atuendo-, prohibir la introducción en quirófano de todo tipo de aparatos (móviles, radios…) que no sean necesarios para la intervención y no hayan pasado los controles de esterilidad y limpieza necesarios…

Por lo tanto, no se puede negar el carácter de previsibilidad y evitabilidad de gran parte de estos eventos adversos.

Si desea valorar una infección hospitalaria

 

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